viernes, 11 de abril de 2014

Dejar las cosas en sus días.

"Un pueblo en cuanto a país, tiene la obligación y hasta el compromiso moral de la memoria como colectividad"
Laura Castañón

Laura Castañón, gijonesa nacida en Mieres, debutó el año pasado con "Dejar las cosas en sus días", su primera novela publicada por Alfaguara. En ella nos propone un recorrido por la historia de la mano de la familia Montañés y de todo un pueblo de la cuenca minera del Aller. Un repaso de aquellos momentos convulsos previos a la Guerra Civil y que conectarán con las vivencias de una nueva generación, que busca los retazos y recuerdos de la memoria en las cunetas. Totalmente recomendable, con una prosa exquisita y un final sorprendente. 



Aida, una periodista en la cuarentena, vive obsesionada con encontrar los restos de su abuelo, asesinado durante la Guerra Civil. Para ello reconstruye la historia de su familia, los Montañés, desde que se afincaron en Asturias a principios del siglo XX para trabajar en las explotaciones mineras del marqués de Comillas, paradigma del paternalismo industrial en un entorno agitado por el movimiento obrero.
La verdad sobre la casa de Pomar se irá revelando a pesar del conflicto que articula la trama: el debate entre quienes piensan que es mejor dejar las cosas en sus días y el empeño de Aida por recuperar y dignificar el pasado al amparo de la apertura de fosas comunes previo a la aprobación de la Ley de Memoria Histórica.
Mientras emprende esa búsqueda, entabla una relación con Bruno Braña, un actor con un carácter envolvente con el que mantiene un romance perturbador y comparte la inquietud por desentrañar la propia identidad.


Se quiere ya marchar a mejor vida
a descubrir si es de verdad su teoría.
Ya no quiere ni hablar, ni recordar, 
lo que hiciera hecho está,
para qué alimentar una agonía.
Hay que dejar las cosas en sus días
y exprimir el presente de la vida.
Ya no quiere ni hablar ni recordar, 
Victor y Diego 

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