miércoles, 10 de diciembre de 2014

Actitud, actitud, actitud.

Actitud, actitud, actitud. Y si sabes llevar algo encima tuyo puedes hacer que se vea genial. No tiene que ser algo caro, tampoco algo a la moda. De hecho, algunas veces esas cosas pueden jugar en tu contra. Una tendencia puede ser algo increíble si funciona para ti. Pero si no lo hace, es inútil y puedes verte rarísimo”




A Iris Apfel la fama le llegó a los 84 años tras haber sido objetivo de una gran exposición en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York en 2005 (Iris Apfel: rara avis). Allí se podían ver más de 80 trajes de su peculiar colección de moda en la que hay piezas de Dior, Dolce & Gabbana, Nina Ricci, Geoffrey Beene, Lanvin, etc. Su estilo, sin embargo, rompió moldes mucho tiempo atrás, cuando con su peculiar gusto demostró que la moda era intuición y que combinar piezas de diseño con ropa de mercadillo no solo estaba permitido, sino que era una forma de triunfar haciendo caso omiso de los estereotipos. La exquisita firma de textiles y diseño interior que creó junto a su marido Carl, Old World Weavers, la llevó a tener clientes como Greta Garbo, Patricia Nixon y Estée Lauder y a decorar la Casa Blanca para nueve presidentes, desde Harry S. Truman hasta Bill Clinton.










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