miércoles, 9 de septiembre de 2015

El amor.

"Sospecho que del amor, poco sabemos, David. Y lo que vamos sabiendo la vida y sus devaneos lo van poniendo a prueba. Amar es algo natural en el resguardo de una infancia no traumática o de familia desestructurada. Es una experiencia cuya intensidad nos puede constituir en persona autónoma y empática, cordial o nos destruye para la convivencia y el bien común, haciendo de nosotros tristes y malogrados ególatras. Por lo general la sociedad no potencia las experiencias amables y los espacios de comunicación afectiva sana. Así hacerse mayor es ir perdiendo la posibilidad de "ser" cariñoso, risueño, delicado, generoso, y pasamos a la defensiva, psicológica y espiritualmente. Nos volvemos precavidos, desconfiados o avariciosamente pragmáticos.  


Viajes: Vivencias amorosas, hospitalarias, constructivas y madurativas llevan al individuo a "ser" amoroso, justo, desprendido, alegre, abierto. Y desde ahí es fácil leer. Leer el mundo, el libro, el otro. Todo un reto, toda una aventura. Quien ama, vive con tal solvencia afectiva, que con naturalidad conversa, escucha, empatiza, se interroga, sufre, avanza o fracasa. Es al vivir desde el amor que uno va sabiendo del amor, sepa o no verbalizarlo. Vivencias de violencia, rechazo y desamor convierten a cualquiera en una persona dañada, herida, inmadura. Lograrse como ser humano, madurar, es ser capaz de seguir siendo niño y a la vez, desarrollar una conciencia crítica, deliberativa y socio-política que nos permita, jugar y soñar, así como resolver problemas y saber que el otro tiene como yo su dignidad, derechos y obligaciones, libertad y responsabilidad, fragilidad y grandeza".

Fragmento de "Carta a David Eloy Rodríguez" por Viktor Gómez


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