sábado, 1 de octubre de 2016

Caminos y peripecias.

Pide que el camino sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias… Y comprendí. Pidamos que el camino sea largo, y que en ese transcurrir no todo sea rectilíneo, plano, siempre igual. No. Pidamos también un camino que se dé la vuelta y que quedemos a veces bocabajo, invertidos, mirando hacia las profundidades. Porque si eso no sucede, no conoceremos nuestro lado más oscuro, nuestro misterio, nuestro horror, nuestra bajeza, nuestros miedos, nuestros fantasmas, nuestras culpas más inconfesables, nuestra indignidad. Y si no estamos familiarizados con nuestra vulnerabilidad, y nuestra incertidumbre, ¿cuál es entonces el verdadero conocimiento de nosotros mismos que tenemos? ¿Cómo más se construye sabiduría? ¿Cómo llevar una vida hermosa sin peripecias?.

 

Mario Mendoza






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