sábado, 11 de noviembre de 2017

"O como se diga".

A estas alturas (harturas) del año, con el cansancio por las nubes y el ánimo por los suelos, con la mala leche a punto de nieve y la nata con galletas, lo mejor que podemos hacer es abrir una maleta, meternos dentro y dejarnos llevar. Sacar del armario los sueños del verano (la ropa aún sigue fuera) y guardar en la cómoda la incómoda memoria astillada. Comprar un billete de ida, sin pensar en el de vuelta y hacernos amigos de lo inolvidable y, por defecto, de lo inoxidable. Disfrutemos de lo bueno conocido por si nos endosan un día lo malo por conocer.
Llena tu vacío de caricias por probar, de luces por encender, de aire que ventilar, de sueños por arreglar, de vida por vivir, de ideas por tener … llena tu vacío de esas pequeñas cosas que a veces se asoman al balcón de la punta de la lengua y que nunca recordamos que están ahí, y que sienten el vértigo de la memoria y no les dejamos dar un salto al presente.
Fabriquemos tiempo, que es lo único que no se acaba nunca, que no cierra ni por vocaciones ni por derribo, que está ahí aunque no lo veamos o sepamos ver.
Saquemos la piel al sol en cuanto cante el rayo. Sequemos la mente al aire en cuanto calle el trueno. Hagamos algo por nuestro bien, por una vez, en defensa propia, en propia puerta, como un gol que te metes con gusto, que los autogoles pican menos que la sarna.
Y, si fuera posible, vamos a ponernos manos a la obra e intentar joder menos y follar más (o como se diga).

J.Ruiz Taboada


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